02 febrero 2007

Chesterton

Es el feliz título de una nueva revista que lanzan mi amigo Álex Rosal y otros audaces. Conforta ver cómo están surgiendo muchas iniciativas de este tipo, promovidas por personas (me niego a usar el gramsciano término sociedad civil y más aún el de ciudadanos) todavía capaces de reacción ante la que está cayendo.

De momento, yo ya me he suscrito.

01 febrero 2007

Toses

No puedo soportar las toses en los conciertos. Ayer, el Cuarteto Hagen tocaba un idem de Haydn, cinco fugas del clave bien temperado del gran Bach, arregladas para cuarteto por Mozart, y nada menos que el cuarteto op. 127 de Beethoven. El lirismo, el recogimiento, la emoción, y la gratitud se veían truncadas cada instante por carraspeos, toses estentóreas y todo tipo de ruidos de bípedos implumes. No puedo con ello. Carmen piensa que me paso, pero me reafirmo: es impresentable.

Y con el cabreo viene la extrapolación: es un signo de los tiempos, reflejo de nuestra sociedad actual. El 100% de los carraspeos y el 90% de las toses, pueden evitarse. Y los estornudos pueden mitigarse hasta hacerse casi imperceptibles. El problema es, una vez más, la falta de fuerza de voluntad, la autoindulgencia y la falta de respeto a los demás. ¿Que me apetece carraspear? pues carraspeo y que arda Troya, y si a los demás les pica, que se rasquen. Hago en cada momento lo que quiero, con independencia de que eso coincida o no con lo que debo. Esto nos pasa especialmente a los españoles: no hace mucho, Thomas Quasthoff nos echó una bronca después de cantar La bella molinera en el Auditorio Nacional, de órdago. No le faltaba razón.

Por cierto, la gravedad del crimen es aún mayor si se tiene cuenta que el número de víctimas se multipliará en breve: el concierto fue grabado para Radio 2 y se retransmitirá el 24 de marzo a las 12.00. Dicho lo cual, si las toses no se oyen o sois más tolerantes que yo, os recomiendo su audición: los Hagen, enormes.

31 enero 2007

La trama masónica

Es un excelente libro sobre los hijos de la viuda. Su autor, Manuel Guerra, hasta ahora totalmente desconocido para mí, hace gala de un conocimiento exhaustivo de un tema que, lejos de ser una más de las "teorías de la conspiración", está presente, pero que muy presente, en nuestros días.

Que confirme una vez más que Zapatero es masón, o que afirme que la vicepresidenta De la Vega, Moratinos y López-Aguilar también lo son (la primera desde antiguo) y que constate cómo su política cumple a rajatabla las líneas maestras del pensamiento masónico, no está exento de interés; como tampoco lo está que afirme que hay bastantes masones en el PP y que Aznar pertenece a Skulls and bones, organización no estrictamente masónica pero que, desde luego, no es trigo limpio (¿serán por eso su viraje neocon, sus últimos invitados a Faes, su encendida defensa de Israel, su melena y sus pulseritas?).

Lo que realmente vale la pena son otras cosas: el análisis profundo que hace de la cosmovisión masónica y de lo que de ella se deriva; su constatación (una vez más) de la radical incompatibilidad de la masonería con la fe católica; su conocimiento de las diversas obediencias; su claridad expositiva. Es muy superior al último best-seller de César Vidal, comparable al Triple secreto de la masonería de De la Cierva. De lectura imprescindible para todos los que les interesa la materia en particular y la cosa pública en general.

Por cierto, quien quiera profundizar en el tema debe leer también Darkness visible de Walton Hannah, Esquema filosófico de la masonería, del masón y profesor de la UCM Francisco Espinar Lafuente, y La politique des franc masons de Jacques Miterrand, socialista hermano de François, auténtico introuvable --desapareció de todas las librerías a los dos meses de su publicación-- que expone descarnadamente el hermanamiento masonería-socialismo a través de la Internacional Socialista.

A ver si saco tiempo, venzo perezas y escribo más sobre esto.

28 enero 2007

También lo intentaron con JP II

Un excelente artículo de Joaquín Navarro-Valls.