24 noviembre 2007

Cena con George Weigel (II)

Es autor de Testigo de esperanza, probablemente la mejor biografía de (San) Juan Pablo II, con quien mantuvo una amistad personal. También es amigo personal de Benedicto XVI, sobre quien ha publicado La elección de Dios. Preocupado por la vieja Europa ha escrito Política sin Dios. El cubo y la catedral, un opúsculo de lectura imprescindible (el título no tiene desperdicio, y se refiere al Arco de la Defensa, que el masonazo —mis saludos, Saki— de Mitterrand hizo construir con una altura tal que bajo él encajase perfectamente la catedral de Notre Dame). Además es colaborador habitual de First Things, la mejor y más influyente revista de pensamiento cristiano de EE.UU, con treinta y dos mil suscripciones (la mía entre ellas). Cuando no está en Polonia dando un curso de doctorado permanente, o en Roma, o en Madrid con cuatro chalados conservadores, se le puede encontrar en el Ethics and Public Policy Center, un influyente think tank conservador americano. Como diría mi hijo Santi, este tío es la caña. Más sobre el crack, aquí.

Pues bien, ya os dije ayer que la semana pasada asistí a una cena con él. Una de las muchas cosas que nos contó es que la diferencia principal entre EE.UU y Europa es que allí puede hablarse de Dios y de la fe de uno con toda naturalidad y aquí no. Verbigracia, cuando, invitado por el Partido Popular Europeo, visitó el Parlamento ídem, les habló de dar la batalla contra la pretensión laicista de reducir la fe al ámbito de lo privado, y todos le aplaudieron entusiasmados. Cuando, seguidamente, les exhortó a que predicasen con el ejemplo, los eurodiputados de ese partido (a) mayoritario; y (b) que se dice inspirado en valores del humanismo cristiano, miraron para otro lado y, para su pasmo, le dijeron que semejante pretensión era implanteable en Europa (remember Buttiglione). Esta fue una de las cosas que nos exhortó a combatir. Pero no recriminando a los próceres, sino tomando nosotros la iniciativa en nuestros respectivos ámbitos.

Nos dijo muchas más cosas, que contaré D.m. en otra entrada.

21 noviembre 2007

Cena con George Weigel

El jueves pasado asistí a una cena con George Weigel. El privilegio fue debido a la gentileza de la Fundación Burke, que organizó el evento. Su presidente, mi amigo Antonio Arcones, realizó una breve y sugestiva presentación del de su programa. Fue Joaquín Costa revisited: el mayor peligro, el Estado. Criticó un sistema como el nuestro en el que el Estado detrae nada menos que el 40% de los ingresos de los españoles, y se encarga después de redistribuirlo (ineficiente y probablemente corruptamente) del modo en que más interesa a su finalidad alienadora. Defendió su proyecto y la necesidad de recuperar el orgullo de ser conservador, frente a la derecha vergonzante del PP.

Una anécdota reveladora: test de preguntas cortas a los dos candidatos a las pasadas elecciones generales:

Pregunta: -- ¿Cuál es su periódico preferido?
Zapatero (orgulloso): -- El País (oh tempora, etc.)
Rajoy (Mariano): -- El Marca

Burke no admite para su financiación ningún tipo de subvención pública. Sólo se financia a través de donativos de particulares. ¿Para qué hacéis esto?, le preguntaron ¿por idealismo? No, por pragmatismo, respondió Arcones, porque tengo cuatro hijos.

Me he ido de tema. Otro día, Weigel. Como aperitivo el siguiente dato: 10 millones de homeschoolers en USA, y las Universidades rifándoselos.


[Coda: 50 comentarios hasta la fecha en mi entrada sobre la masonería de hace unos días. De este lado del cuadrilátero, el carlistón Ullate y el anónimo Duns; de aquél el Gran Maestre Grado 33º Saki y su cofrade Faras. Un servidor de simple anfitrión, aunque claramente alineado con los primeros. Mucho nivel. Esto trasciende el blog, habrá que hacer algo.]