18 mayo 2009

De los amigos, el consejo

En la entrada anterior salió a relucir mi mal café, en contra de mis propósitos anteriores. Menos mal que mi amiga la cincuentona me recordó lo que verdaderamente importa en un comentario que ahora me da permiso para publicar. Dice así:

DAL, ¿no lo sabes aún? El mundo se cambia en tu alrededor, en lo cotidiano que casi nunca nos parece extraordinario, con la gente que tienes al lado, y como el grano de levadura, tan pobre que no parece nada... En el one to one. Observa el mundo sin dejarte invadir por el desaliento: tú sabes Quién tiene la palabra final, y sólo en tu relación con Él, y en este convencimiento, encuentras fortaleza. Fue así desde el principio, y lo será hasta el final. Nadie nos prometió que fuese a ser de otra forma. No te abandones: vince in bono malum, hasta caer en el surco, y volver a levantarte. Sigue siendo tan verdadero...

Pues eso.

4 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Claro que hay que tener amigos tan buenos (y sabios) como ésa.

Me lo apunto: de los amigos de los amigos, el consejo.

Saki dijo...

Hermosas y sabias palabras.
Saki

Embajador dijo...

Me he perdido algo. ¿Donde estaba el mal café?

Dal dijo...

Gracias a todos. Me alegra que el mal café no fuera tan evidente, Embajador, pero se me llevaban los demonios.